jueves, 28 de abril de 2011

Tan profundamente enamorado como para centrar toda su vida en ella. Ha perdido el contacto con sus amigos, de su familia casi no tiene noticias, lo ha perdido todo.
La hizo el centro de su universo, basó su existencia en hacerla feliz. Se mudó a otro país, dejó su gran trabajo, que tanto esfuerzo le había costado conseguir, cambiándolo por uno mucho más mediocre y aprendió el idioma del lugar, totalmente desconocido para él hasta entonces. Adaptó toda su vida a ella.
Ahora se mira en el espejo del lavabo de la habitación del hotel a la cual tan precipitadamente ha tenido que mudarse.
Ella le ha dejado por otro, dejándole más solo de lo que ya estaba, sin un lugar a donde ir ni alguien a quien acudir.

3 comentarios:

  1. Un viaje purificador sin duda. Ánimo. Puedes conseguirlo. Se te da genial esto. Te quiero!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, i gracias sobretodo por alentarme a seguir escribiendo, por hacerme buscar la parte de mi que durante tanto tiempo he dejado apartada creyendo que había perdido la inspiración. No era así.

    ResponderEliminar
  3. Este escrito en concreto es sobervio, magnifico.
    Nunca dejes de escribir Marina.
    Saludos.

    ResponderEliminar